Por qué sube el paro (y seguirá subiendo)

Me ha sorprendido la escasa repercusión del aumento del paro en España, relegada en las portadas de los medios digitales por detrás de las disputas soberanistas de las comunidades autónomas. Será que nos estamos acostumbrando, pero nadie parece molestarse en hacer un análisis más pausado de la dramática situación, como mucho echarle la culpa a la -inútil- reforma laboral de Rajoy.

Que se frene el ritmo con el que se destruye el empleo no es un buen síntoma, si no una consecuencia de que hay ya tantos parados que es difícil que la cifra siga aumentando al ritmo que lo ha hecho en los últimos años.

No obstante, nadie parece estar prestando atención es a lo que nos depara el futuro o cómo evolucionará el dato. Para que una empresa, grande o pequeña, contrate a un trabajador tienen que darse dos condiciones: una, que haya una demanda suficiente de algo que justifique un nuevo empleado en las tareas productivas de la empresa y dos, que la empresa disponga del suficiente dinero para pagarle.

Que la primera condición se cumpla es cada vez más difícil, ya que a mayor crisis y paro es más difícil que aumente la demanda de cualquier bien o servicio, aunque siempre quedan nichos de mercados donde es así. La segunda, que hasta ahora podría cumplirse en mayor o menor medida, ya se está encargando el Gobierno de que no sea viable.

La principal, y prácticamente única prioridad del Gobierno, es reducir el déficit, aunque hay muchas formas de hacerlo. La de Rajoy parece ser aumentar los impuestos sin razón u hoja de ruta aparente. El pasado 11 de Julio, el todavía Presidente del Gobierno anunció una subida de IVA y una reducción de las cotizaciones sociales por «recomendación» de la Unión Europea, que aconsejaba reducir la carga impositiva laboral y aumentarla al consumo. La medida, más o menos discutible, se tradujo en 3 puntos más de IVA a partir del 1 de septiembre y 1 punto menos de cotizaciones a partir del 1 de enero de 2013.

Sin embargo, menos de tres meses después, en un movimiento increíble, el Gobierno presentaba los Presupuestos Generales del Estado donde se suprimía la rebaja de las cotizaciones anunciadas por el propio Presidente. Un sinsentido absoluto al que hay sumarle la supresión de todas las bonificaciones en los contratos así como nuevas leyes de amortización para grandes empresas. El panorama en 2013 queda así:

– Si eres una PyME tienes que adelantar el 21% de tus facturas aunque no las hayas cobrado, has perdido las bonificaciones de los contratos de tus empleados y además las cotizaciones sociales no bajarán como el Gobierno había anunciado. En resumen, aunque sigas facturando lo mismo (algo que no es tan evidente), tendrás que pagar mucho más al Estado, por lo que tendrás menos dinero en caja.

– Si eres una gran empresa, aunque muchas pagaban menos I.Sociedades por reducciones varias, la cuantía del impuesto aumentará considerablemente, por lo que, como en el caso de las PyME, pagarás más al Estado y tendrás menos dinero en caja.

Con este panorama, ¿qué empresa en su sano juicio contrataría a alguien en 2013?