Iberia, Spanair… servicios low cost a precios high cost

Por primera vez en la historia de la aviación española, una aerolínea desbancó a Iberia como primera compañía en 2011, y esa fue Ryanair. Ahora, Spanair ha cerrado de la noche a la mañana (literalmente) tras no encontrar ningún socio que le sacara de la quiebra. Y no podemos echarnos las manos a la cabeza, porque es lógico.

Todavía recuerdo cuando, hace 12 años, volabas de Madrid a París y te servían un menú completo, refrescos y todo lo que quisieras. Pero los tiempos cambian y había que ahorrar costes: primero se suprime el menú, luego las bebidas que se sustituyen por un servicio a la carta con precios astronómicos, más tarde se limita el peso de las maletas y, sin darte cuenta, estás ofreciendo un servicio de aerolínea de bajo coste pero cuatro (o más) veces más caro.

Vale, en algunas rutas Ryanair vuela a aeropuertos tercermundistas (solución, Easyjet). Que tengas la maleta tan limitada puede ser un incordio (solución, comprar peso facturado). También molesta un poco estar en la cola para embarcar 45 minutos antes de que salga el vuelo (solución, Speedy Boarding o Priority Boarding). Aún así, pagando todos estos extras para volar como en una compañía «de bandera» la diferencia de precio sigue siendo abismal.

Personalmente, y tras haber probado unas cuantas, opino que Iberia es una de las peores aerolíneas que existen. Mucho peor que Ryanair o Easyjet. Procuro no volar nunca con Iberia pero, por desgracia, cuando vuelas con alguna de las compañías One World te puede tocar que alguna de las conexiones sean operadas por Iberia. Y casi siempre hay problemas. Mis experiencias:

Navidades 2008-2009. Vuelo Madrid – Nueva York con British Airways (antes de que se fusionaran) con escala en Londres. A la ida, el vuelo Madrid-Londres se retrasa. Primero un poquito, luego mucho, y más tarde ya es imposible realizar la conexión. Mostrador de Iberia. Tras una enorme cola porque un único empleado tenía que recolocar a todo el vuelo, nos recolocan. ¡En un vuelo directo! ¿Y las maletas y todo se vienen en este vuelo? Lo mira en el ordenador y nos dice que sí, que ya están cambiadas. El avión de Iberia se encontraba en un estado lamentable. Dos únicos televisores para proyectar la película en toda la clase turista y en nuestros asientos (última fila) la salida de audio estaba estropeada. ¿El entretenimiento? Escuchar a las cotorras de las azafatas que teníamos detrás y que cuando no estaban sirviendo montaban un Sálvame con nula discreción y poca profesionalidad. Aterrizas y las maletas no están allí. Nadie sabe donde están. Primer vuelo transcontinental y uno comete la novatada de no llevar maleta de mano. Resultado: a comprar ropa y a esperar a que las maletas lleguen. Se fueron por Londres, llegaron dos días más tarde, abiertas, y faltaban cosas.

Vuelta, Nueva York – Londres con British sin problemas. Avión del Siglo XXI, con entretenimiento a bordo y a años luz del de Iberia. Esto fue el día después de que Barajas cerrara tras una nevada. La conexión Londres – Madrid (operada por Iberia), obviamente, con retraso indefinido. Como son «condiciones meteorológicas» ni te atienden, ni te dan de comer, ni nada. El personal de Iberia en Heathrow desaparece y ya volverán cuando el vuelo vaya a salir, 12 horas después.

Verano 2010. Madrid – Chicago – San Francisco con American Airlines. Dos vuelos operados por Iberia, la ida (Madrid – Chicago directo) y el último tramo de la vuelta (Nueva York – Madrid). El vuelo de ida salió a su hora y fue relativamente normal si no fuera por la buena educación del español medio: avión repleto con un cargamento de padres camino de Disney Orlando a los que les daba igual que sus hijos estuvieran revoloteando por todo el avión molestando a los pasajeros. No era un niño, no eran dos, eran diez. Y a las azafatas de Iberia, como era de esperar (no sucede en otras aerolíneas), les daba igual. El JFK-MAD de la vuelta sí salió con bastante retraso, para no romper la estadística.

Verano 2011. Madrid – Sidney con British (ya fusionada con Iberia). Escalas en Londres y Singapur en unos vuelos de más 24 horas totales. Los Madrid – Londres estaban los dos operados por Iberia. El tramo Londres – Sidney fue con Qantas a la ida y con British a la vuelta. El Madrid – Londres de la ida fue el único vuelo 100% normal que he volado con Iberia. Aleluya. Lo de la vuelta fue toda una odisea que hará que no vuelva a volar más con British o con Iberia ni con ningún vuelo de escala que esté operado por estas dos.

Como uno no viaja a las antípodas todos los días te lo quieres comprar todo y no cabe en la maleta. Ves que al lado del hotel las venden a un precio razonable y entras en internet a ver cuánto te podría costar traerla de vuelta. En la web de British el precio por la segunda maleta son 50 euros. Razonable. Aunque todo esté bajo billete British, el último vuelo es de Iberia. Son la misma empresa. Pero bueno. En la web de Iberia el precio por la segunda maleta son 60 euros. Razonable. Maleta comprada, y a rellenarla. Día de regreso, aeropuerto de Sidney. Uno va feliz con sus dos maletas, las coloca en la cinta, y la señorita del mostrador teclea cuatro cosas y te mira con cara de pánico. -«Son dos maletas, ¿sabes que eso lleva sobrecoste?» -«Sí, 50 euros» -«No, porque el último vuelo es con Iberia. [teclea, mira] Son unos 100 euros por kilo, ergo como la maleta pesa 21 kilos, son 2.100 euros». -«¿¡Comooo!?» Comienza un diálogo de besugos entre un servidor, ella (una estirada) y su supervisora (una borde). «Es lo que pone en la pantalla de mi ordenador y son 2.100 euros». Tras intentar hacerlas entrar en razón, y con una desesperación creciente, saco el iPhone, entro en la web de Iberia, y les muestro como claramente indica que la segunda maleta son 60 euros. «Yo no entiendo lo que pone ahí, son 2.100 euros». A diez minutos de que cerrara la facturación, me ofrecen una solución. «Las mandamos a Londres por 50 euros y ya te las apañas ahí».

20 horas de vuelo más tarde, aterrizamos en Londres. Tiempo de escala menor de dos horas. Salir corriendo, pasar por inmigración, recoger la maleta e ir corriendo al mostrador de British (con quien contratamos el viaje). Les explicas la situación y la señoras te dan la razón. -«Qué barbaridad, cómo te han podido pedir eso, tienes toda la razón del mundo». -«Quiero poner una reclamación» -«Sí, sí, entras en la web y ya la dejas» (…) -«Vale, ahora mandadme las maletas a Madrid». -«La extra no te la podemos mandar, es un vuelo operado por Iberia, que te cuenten ellos». Iberia es el mostrador de enfrente. Son la misma empresa. En serio. En Iberia se la sopla todo, te cobran los 60 euros de la maleta extra. Pero no se quedan las maletas. Te dan un recibo para que vean que has pagado. Ahora vas a British y se las das. Al mostrador de enfrente. Qué son la misma empresa. En serio.

En definitiva, una experiencia horrosa, totalmente denunciable (British, misma empresa que Iberia, no cumplió las condiciones de su web ni de las de Iberia -enlazadas una a otra-) en un vuelo que no es low cost. La reclamación se resolvió con un «lo sentimos muchísimo, haremos lo posible para que no vuelva a pasar». Y ya. No le puedo recomendar Iberia ni a mi peor enemigo. Y ahora tampoco British. Son la misma empresa.

Por eso no me extraña que Iberia ya no sea la primera aerolínea de España. Y no me extrañaría que siguiera perdiendo cuota. Como si quiebra como Spanair. Sería lo normal. Sería lo lógico. Y no se destruyen tantos puestos de trabajo. Sólo hay que ver como Easyjet estrena en tres días cuatro vuelos diarios a Bilbao que cubren una de las rutas de Spanair.

Cómo China lucha contra el fraude fiscal en los servicios

La lucha contra el fraude fiscal parece ser una de las prioridades del nuevo ejecutivo. Hay muchos tipos de fraude fiscal pero sin duda uno de los más difíciles de detectar es el que realizan las pequeñas (o grandes) empresas o autonómos que prestan servicios a particulares por pequeñas cantidades de dinero. A saber, restaurantes, pequeños comercios, albañiles, pintores, etc.

Ya no se trata del famoso «con iva o sin iva» que tanto parece haber calado en la sociedad española o de la nueva medida que quieren implantar obligando a pasar por el banco para pagos de más de 3000 euros. Hablamos de ese restaurante que te da un ticket con su correspondiente IVA por poco más de 20 euros y que pagas en efectivo. Nadie te asegura que el comerciante vaya a declararlo o siquiera pagar el importe de ese IVA. Aunque en España existan módulos, lo «normal» es que este tipo de comercios dejen sin declarar una buena parte de sus ingresos. No hay inspector de Hacienda en el mundo que sea capaz de analizar los más de 10.000 tickets mensuales que puede generar un comercio y no existe manera física de verificar que estén todos los que son y que sean todos los que están.

En China, sin embargo, parecen haber dado con una solución que podría funcionar perfectamente en España: una lotería. La medida, que lleva años intentando implantarse en uno de los países -paradógicamente- más capitalistas del mundo, es obligatoria desde hace poco menos de un año y pretende luchar contra el fraude fiscal. En China el IVA sobre bienes ronda el 17% y el de los servicios está entre el 3% y 5% mientras que su «impuesto de sociedades» es del 33%.

El mecanismo es sencillo. Todos los tickets que emiten los comercios son estándares e iguales para todos. Incluyen el importe, el concepto, varios números de seguimiento fiscal… y un ¡rasca y gana! Así es, una lotería que reparte premios que van desde los 100 yuanes (unos 12 euros) a los 5000 yuanes por factura (600€ aprox.) ¿Quién no iba a pedir una factura si por una hamburguesa de 5 euros te puedes ganar 600? El estado tiene que asumir el coste de los premios, pero entre lo que aumenta la recaudación y ahorra en inspectores, le sale a cuenta. El comercio no sabe qué facturas están premiadas mientras que el estado, en cambio, sólo tiene que cotejar informáticamente las ganadoras al reclamar el premio. El efecto disuasorio (arriesgaste a no declarar una que puede estar premiada y tener que pagar una gran multa) hace que, al final, todos los pequeños comercios las acaben declarando todas.

El sistema no es obviamente infalible: en más de 10 días allí al vernos extranjeros sólo un restaurante nos ofreció la factura voluntariamente y otro al pedírsela. Pero, con sus fallos, es una de las soluciones más ingeniosas y razonables que se me ocurren.

Lanzamos Bekia Moda, primer spin-off de Bekia

Agosto no tiene por qué ser un mal mes para las novedades. Es más, antes de marcharme de vacaciones hemos preparado dos novedades en Noxvo. La primera, el lanzamiento de BEKIA Moda, nuestro nuevo gran portal de moda, tendencias, complementos, etc.

El pasado mes de junio lanzamos BEKIA presentándola como una nueva gran marca para englobar un canal de lifestyle – mujer. No queríamos un portal cajón de sastre donde meter todo sin orden. En su lugar, vamos a presentar varios sites, que aunque mantengan la marca y algunos detalles de la imagen, tendrán una estructura, diseño, contenidos y personalidad propia.

BEKIA Moda es el primero de una serie que irán llegando poco a poco. Su cantidad de secciones y contenidos demuestran que no se trata de una mera sección sino un portal que pronto pasará a competir con los grandes medios online dedicados a la moda. Al frente se encuentra Laura Sande, que ya venía realizando un gran trabajo en eCartelera.

BEKIA Moda tendrá, como es lógico, toda una capa de participación que iremos implementando a lo largo de nueva temporada.

Rumbo al E3 2011

Cuando hace más de 7 años participaba en el proyecto Zonared el E3, la mayor feria de videojuegos -y feria en general me atrevería a decir-, era uno de los periodos del año de más trabajo, más frenéticos, pero a la vez más emocionantes y satisfactorios.  Por aquel entonces soñabas que, algún día, tendrías la posibilidad y la suerte de asistir.

Hace poco menos de cuatro meses en Noxvo compramos Zonared con la intención de relanzarla y convertirla en lo que un día fue: un gran portal de referencia sobre videojuegos. Y el sueño se hace realidad: estaremos en el E3 2011. En unas horas comienza un largísimo viaje hasta Los Ángeles que no sólo servirá para colocar a Zonared entre los principales medios españoles por su asistencia, también para que todas las empresas del sector nos pongan en el mapa.

Por delante tenemos una semana de muchísimo trabajo, con una agenda de citas pruebas y conferencias en la que no hay un hueco libre. Pero con muchísimas ganas e ilusión.

En apenas cuatro meses Zonared tiene más de 1.000 fans en Facebook y 175.000 usuarios únicos auditados en OJD. No está nada mal para un sector tan competitivo como este.

Nace Bekia, la gran marca lifestyle de Noxvo

Junio va a ser un mes de importantes cambios, y comenzamos con un nuevo lanzamiento dentro de la red. Acabado el acuerdo de integración de Diario Femenino dentro del paraguas de Noxvo, hoy lanzamos BEKIA. Bekia es una nueva gran marca para englobar todo un nuevo canal de familia y estilos de vida (o family & lifestyle que dicen los ingleses y queda más cool).

Empezamos humildes y modestos pero con la idea de ir construyendo algo grande poquito a poquito. Por ahora BEKIA está centrada en el mercado español con toda la actualidad de sociedad y celebrities de España y el mundo.

Pero pronto BEKIA tendrá muchas más secciones y contenidos, enfocados de una manera diferente en torno a la misma marca. Que la suerte nos acompañe…

Indignados consigo mismos

Llevan ya varios días acampando en sol, desencantados con el sistema o indignados como ellos mismos dicen. Son en su mayoría jóvenes, pero también hay jubilados, familias… No sé sabe muy bien lo que piden, ni siquiera ellos mismos lo saben. Aseguran que sus problemas son el paro, los bajos salarios, los recortes de beneficios sociales, y culpan de ello a los bancos y a la clase política, corrupta.

La acampada de sol pronto se replicó en varias ciudades españolas primero, y ahora en varios países: ciudadanos portugueses o griegos, afectados con los supuestos mismos males que los españoles, también están indignados. Ante la extensión de la protesta no cabe duda que el fenómeno es global y achacarlo a un partido político u otro, sólo sirve para desviar la atención sobre un problema común, extendido en un mundo globalizado donde las empresas se mueven de aquí para allá donde mejor puedan realizar su trabajo.

La mayoría de los asistentes a estas acampadas (por no decir la totalidad) twitteaban la protesta desde sus smartphones más o menos caros pero con un denominador común: han sido manufacturados todos en países como China, por obreros en masa que cobran sueldos ridículos y están sometidos a tremendas cargas de trabajo y presión, que muchas veces acaban en suicidio. Lo hacen presumiendo de vaqueros -de marca pija o del Carrefour-, realizados ambos en fábricas contiguas en esos mismos países donde la productividad está muy por encima de cualquier derecho no laboral, sino humano. Han disfrutado recientemente de unos juegos olímpicos donde para construir un estadio el Gobierno ha arrasado literalmente con las casas de sus habitantes y ha exterminado toda la pobreza para dar una imagen de potencia emergente al mundo. Y cuando se quedan sin sal a las once de la noche, o se van de botellón, acuden convenientemente a abastecerse a un local regentado por inmigrantes donde trabajan familias de siete de la mañana a una de la madrugada sin parar, y sin protestar.

Todos estos indignados están indignados de ser (falsos) mileuristas por trabajar ocho o nueve horas al día. Pero tal vez deberían estar indignados de haber mantenido y dado alas a un sistema laboral y social que primero se ha fraguado en países emergentes de nuevo cuño y que ya ha llegado aquí y, les guste o no, tiene toda la pinta de ser su futuro.